Ayer, a pesar de casi empeñarnos algunos en que no sucediera, logramos estrenar el casillero del equipo. Pero la transformación de una semana a otra resultó abismal; finalmente salvada con una victoria in extremis.
La mañana ya comenzó movidita. Íbamos apareciendo en el local de juego del Cerdanyola Mataró por partes y con distintas procedencias. Sobre las 9 de la mañana me dió por llamar a Monluis para ver por donde iban y si resultaria posible coincidir para un cortado antes de comenzar el match. Mi gozo en un pozo, porque en un alarde de saberse situar, de saberse orientar y de control del espacio-tiempo, mi "brother" se había perdido!!!. Pero es que se perdió nada más salir del punto de origen. Y con él sus acompañantes. La cuestión es que las explicaciones telefónicas cayeron en saco roto, porque se re-perdió. De golpe iba camino como hacia la montaña, poco después paralelo a la autopista pero sin tener claro en que dirección, después al norte, o era al sur, o ...; claro, mientras ambos tronchándonos de la cómica situación y sus resignados acompañantes aún se encuentran en estado de shock. La suerte es que a pesar de perderse tan solo fueron 5 minutos los perdidos en el reloj; eso sí, sin cortado alguno. Ya se comenzó el cachondeito de que si no llego a tiempo juegame d4, pero no me juegues g4 que te conozco, ...
Así que con poco retraso de unos pocos miembros dió comienzo el match. Teóricamente disponíamos de una gran ventaja por tablero en ranking, aunque ya se sabe que eso tan solo orienta pero no asegura nada. La mañana fue fría, lluviosa y larga porque hasta bastante avanzada no comenzó a moverse el marcador. El primero en finalizar fue uno de nuestros "pichichis": Érik Martínez que ganó su partida sin aprietos y mostrándose en muy buena forma. Poco después comenzó la mañana de despropósitos cuando Paco se dejó una pieza limpia perdiendo una partida que hasta el momento tenía controlada y en mejores perspectivas que su contrincante. Pasamos a un 1 a 1 que dificultaba el match. Ahí llegó nuestro otro pichichi, Éric Sánchez que nos puso en ventaja nuevamente. Después se dieron diversas partidas que acabaron de forma postiva para nuestros intereses con la excepción de la partida de Imar que dejó escapar su posición. Entre esa derrota y la suma de las victorias de Jose y Óscar nos pusimos con un 4 a 2 que parecía que iba a ser suficiente para ganar el match holgadamente; pero nada más lejos de la realidad. En poco rato cambió el panorama de forma brusca y muy peligrosa. Marc se dejó torre limpia trás una partida muy táctica de su contrincante y suerte que, aún a pesar de dejarse la torre, hubo unas amenazas que obligaban a realizar continuo al contrario y sellar las tablas finales. Yo aún compliqué más la situación porque en una posición que debieron ser tablas seguramente, realizé un cambio de torres "delicatessem" que me llevó al mortuorio. Monluis, para no ser menos que yo (que solidario es, si yo no ganó el tampoco), en una posición superior remató la faena dejando que le crearan una doble amenaza de coronar peones y que le llevó directamente al infierno que ya estabamos visitiando Paco, Imar y yo. Menos mal que Ricard tenia el día clarividente y estaba ganando su partida con convicción y autoridad y ese punto significaba la victoria del equipo, eso sí por la mínima sirviéndonos como un aviso muy claro. Ya con el punto en el zurrón, nos decidimos a ir a comer al lugar que Ezequiel, en muy buen criterio como siempre, nos había reservado.
Nos preparamos en fila para ir toda la caravana de coches juntos hasta el lugar del ágape que estaba a 15 minutos de distancia, volviendo hacia Barcelona, pasado Alella Parc para ser más exactos, el espléndido Restaurant Masia La Vinya (ver foto del principio). Curioso, pero no habíamos llegado ni al segundo semáforo que esta vez fue Paco quien perdió nuestro ritmo y se descolgó de la caravana. Menos mal que su mejor criterio de orientación respecto a Monluis le hizo dirigirse en la buena dirección y tan solo tuvo que esperar un par de minutos en la salida de Alella de la autopista. Una vez reunificados acabamos de recorrer los últimos 3 o 4 kilómetros hasta llegar a un sitio bastante bucólico y prometedor. Ezequiel había cumplido con las espectativas como siempre, "La Vinya" había sido una buena elección, como siempre, por parte de nuestro particular "Ezequiel Ferran Adrià" (ya tardan en contratarlo como crítico para la valoración y entrega de estrellas Michelín, auqnue a este paso podríamos entregar las estrellas Sant Martí). Hubo comentarios que recriminaban haberle dejado escapar este año trás comprobar su acierto con el lugar. Desde el comedor del mismo había unas vistas espléndidas a todo el valle y la costa. Nada más llegar al lugar nos hicimos una foto con la "sana" intención de enviarsela a nuestro presidente para que viera con "simpatía" el "horrible" lugar al que Ezequiel nos había arrastrado.
Con la sentada y mientras esperábamos las ditintas tapas que nos iban sirviendo comenzaron las "púas" típicas en estos momentos, aquellas como: de que malo que eres, los sollozos internos reflejados en la cara de algunos, los que han perdido no comen, las estadísticas hirientes, ...; vamos, una buena retahíla de diferentes comentarios para que Érik fuera acomodándose a nuestra fina ironía. Hubo sesión de fotos, las típicas también en estos casos: "... venga, los que han perdido que se pongan juntos, ..."; muy simpáticos algunos. Así que en una foto aparecimos los 4 que ese día habíamos ganado un "amigo" y mientras posábamos se leía en nuestras frentes la palabra I-NU-TI-LES. Suerte que no tenían un rotulador para grafiarnos las palabras porque lo hubieran hecho. Sergio, padre de Érik, acabó convencido que la elección de Ezequiel había sido espléndida, a pesar de que su proposición de habernos desplazado hasta Blanes a comer tenía también muy buenas perspectivas. Mientras Ricard gastaba sin ninguna preocupación el saldo de mi móbil en su afán de conocer que había hecho el equipo F.
Descubrimos que a los jóvenes los "cargols a la llauna" (una de las mútliples tapas con las que nos agraciaron) no era de lo que más les apatecía. Entre los caracoles y la inexistencia de un Nestée, Marc suspiraba por un mejor servicio. Sabia decisión que adoptaron los jóvenes valores porque eso permitió que Monluis, Paco y yo disfrutáramos más extensamente con ese delicioso manjar ante la mirada atónita y con cierto "asquito" que se miraban nuestro disfrute. La llegada del segundo plato fue escalonada, muy escalonada, pero ante la excelente presentación de lo que había solicitado Ricard, se realizó una foto de dicho manjar, presentado a su vez de forma excelente en el plato, haciendo expresa intención de enseñarle la foto al "presi". Eso permitió continuar con esos "gratos" comentarios que hacen reaparecer historias del pasado. Aquellas chulerías de :"¿qué nos jugamos?", "lo que quieras", "paso que luego no cumples", "¿cuántos almuerzos me debes ya?", ...
Vamos, un día completito donde lo único que no acompañó fue el tiempo. Victoria justa, muy justa, pero suficiente; y un "dinar de germanor" en nuestra habitual línea irónica, pero siempre desde el buen rollo. Risas a doquier, navajadas traperas con gusto, ... Buen bautizo de estos momentos para Érik Martínez donde ya pudo ir comprobando y vislumbrando de como disfrutamos de un buen domingo de por equipos en el Sant Martí. Sus padres ya participaron también de ese buen ambiente que hubo. A Imar y a su padre ya se les vieron plenamente integrados trás un año de iniciación. Éric Sánchez ha nacido para esto y parece que lleve toda la vida en el A. La hija de Paco demostró un comportamiento exquisito toda la mañana, tanto en el local de juego como en el restaurant; y así mismo demostró ser una gran devoradora del "paté", con el que disfruta mucho en la comida. Jose, Oscar, Paco, Marc, Ricard, Monluis y yo ya estamos aprendidos de estos esplendidos días de juego y amigos. Catorce alrededor de una mesa que tuvieron que ampliarnos para poder sentarnos todos.
Llegaron los cafés, Ricard solicito la "fatídica" y salimos todos corriendo temiendo la reacción de nuestro "bienamado y muy querido presidente" (menos mal que cumplimos con él y ganamos el match como bien nos pidió de requisito para ganarnos la comida), a excepción de Ricard que con su flema habitual no se inmutaba. Eso sí, se amenazó ya con el deseo de quedarnos a comer en Sabadell y Sergio ya nos comentó de la existencia de un asador argentino barato, muy barato, baratísimo, ..., jejeje.
4 comentarios:
Veo que ha sido más interesante la comilona que el "match" de ¿ajedrez era?, je, je.
No no, no te equivoques, las conversaciones giraron todas en torno al ajedrez por su puesto. Todas las púas tenían que ver con el noble juego.
Hombre, noble, noble... la comida sí que lo fue, jeje.
Enhorabuena por la comida, digoooooooooooo por la victoria.
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