Nos encontramos de nuevo en una ronda del Campeonato de Cataluña por equipos; pero en esta ocasión en el campeonato siguiente a las dos "anécdotas" anteriores (léase "El frío hiela la mente" y "1985: Odisea en el espacio ferroviario").
Después de haber alcanzado el ascenso a lo que sería la actual Preferente en el año anterior, nos dirigíamos un 1 de diciembre de 1985 hacia Cerdanyola del Vallés a jugar la 8ª ronda de esa temporada. Nos tocaba el Cerdanyola del Vallés "B", que para nosotros era un equipazo por aquel momento y teníamos el agravante de que nos estábamos jugando de nuevo el ascenso en este final de campeonato a la 2ª División (hecho histórico para la entidad del Sant Martí).
El equipo estaba compuesto por: Julio Pérez, Jorge Repiso, Manel Riera, Luís Sánchez, Joan Prat, Antonio Jiménez, Lluis Julián (The Doctor), Pablo Castillo, Genís Ruíz y Evarist Pérez.
El resultado final del match fue de empate a 5, lo que fue una proeza por parte de nuestro equipo viendo la composición de ambos, ya que nos sacaban ranking a "borbotones" en todos los tableros y encima con mi "estimable" ayudita aún más.
Resulta que a la hora y media, poco más o menos, de haber comenzado el match (antes comenzaban a las 9 de la mañana), Antonio Jiménez y Monluis habían acabado y ganado sus respectivas partidas. Después de haber realizado mi jugada, me levanté de la silla y me acerqué al bar que estaba en la sala anexa a la de juego buscando a mis "brothers". Allí me los encontré a los dos disfrutando de una máquina tipo futbolín, pero que era de hockey hielo (además creo recordar que había otras máquinas recreativas diversas). Estaban partidos de risa jugando ambos cuando me invadió la "envidia" por perderme tal diversión, pero claro, eran sobre las 10:30 de la mañana y en teoría el match no había hecho más que comenzar.
Me preguntaron por mi partida, a lo que les contesté que tenía una posición extraña donde ganaba una calidad a cambio de unos peones muy jodidos en el centro, pero que tenía para un buen rato siendo muy optimista; mientras la envidia me seguía corroyendo por dentro al verles disfrutar de tal máquina y ellos sabiéndolo, aún incidían más en ese aspecto provocando aún unas risotadas más grandes (cabr...). La cuestión es que tuve que volver a la sala de juego mientras ellos se despedían de mí con palabras de ánimo (?) y recordándome lo bien que se lo estaban pasando, que acabara "rapidito" que se iba la mañana y yo me aburría mientras ellos se lo estaban pasando "pipa". Me marché del bar ráudo para no verles y echando pestes por lo mamonzuelos que eran.
Pero ¡¡eureca!!, yo que soy de grandes recursos y hábil para ponerlos en práctica en el menor tiempo posible, solventé la situación con una rapidez exquisita: era muy simple, en la jugada siguiente realicé uno de mis movimientos espontáneos que ocasionó que tuviera que abandonar inmediatamente. Que lucidez de visión la mía, que frialdad en ejecutar jugadas, que precisión en realizar la jugada justa que necesitaba en aquel momento para volver ráudo y veloz al bar (a aquella maquinita que me estaba llamando en mi interior mientras las risas de mis amigos seguían resonandome en la cabeza), que capacidad de reacción la mía, ..., pero que "gilipollas" con perdón. Como se puede ser tan inútil, porque no tenía otra palabra mi jugada 23.
Después del ridículo bochornoso de acabar de aquella manera retorné a la sala de juegos recreativos del bar y pedí turno para jugar con ellos. Me dijeron que no, que yo estaba jugando y hasta que no acabara nada. Les dije que sí, que ya había acabado. Claro, no se lo creían porque entre la última vez que me vieron y este momento no habían pasado ni cinco minutos. De golpe reaccionaron y los tres reventamos de risa al comprobar que era cierto que había acabado. Lo que era capaz de hacer por jugar a aquella máquina me dijeron los dos, así que el resto de la mañana transcurrió de lo más divertido a pesar de mi estrepitoso ridículo y la nula ayuda al equipo. También es cierto que después de aquello nunca más volvieron a incentivarme en ningún match más, dado que comprobaron de lo que era capaz.
Y para muestra de mi incompetencia ajedrecística, aquí os expongo mi "brillante" partida de aquel día. En mi favor que yo por aquella época era 2ª categoría (no existía aún el ranking como tal por denajo de preferente) y mi contricante Preferente, por lo que mediaba un abismo teóricamente entre ambos, así que al menos ya tuve "narices" de jugarle tan alegremente la apertura a quien me superaba de tal manera (quien no se consuela es porque no quiere, jejeje). Menos mal que el equipo acabó ascendiendo nuevamente esa temporada.
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por Monpablo
4 comentarios:
Bonita dejada, sí señor. Bueno, Pablo, ya veo que tendremos que instalar una de esas maquinitas durante el social ;-)
Por cierto, ya veo que has aprendido a intercalar comentarios en el visor de partidas.
Jeje, más que dejada, fue idiotez profunda. Y lo de intercalar, en esta ocasión no he hecho nada especial, lo mismo que la otra vez, pero por lo que sea, esta vez ha salido bien.
Si me instalas una de eas maquinitas igual me pierdo ...
Por cierto, para cuando tu quiniela?
Primero necesito que cuelgues los emparejamientos pq, aunque sé que están en el club, de memoria no soy capaz de recordarlos...
Jajaja, los emparejamientos están colgados desde hace una semana en este blog. Solo tienes que buscar más abajo el artículo que pone "Social Sant Martí: Ronda 6ª".
Están colgados desde el miércoles de la semana pasada.
Y no se si en la web del club tambien lo están, pero al menus le pase los archivos por mail a Edu.
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