El C.E. Sant Martí es más que un mero club de ajedrez, es un sentimiento que se lleva dentro, que te cala y te impregna una vez que lo has probrado; y del que ya no se puede escapar por más que se quiera o se intente.
Tenemos claros ejemplos de jugadores (Nacho Abascal, Carles Pascual, Ricard Llerins, Luis Sánchez, Francisco Nuñez, ...) que han intentado escapar de sus garras marchando a otros clubes por el tiempo que fuese; pero han acabado volviendo al redil tras comprobar que en su corazón faltaba algo que habían dejado de "medicarse" a diario.
También ejemplos de otros jugadores (José Aranda, Ezequiel Sánchez, Óscar Ruiz, Imar Tallo, Joan Fontanillas, ...) que habían escuchado de ese plus de sentimiento que aporta y al acercase a verlo con sus ojos y sentirlo con sus corazones, estremecidos, ya no han podido escapar y han acabado en las redes de las que nadie desea huir.
Por supuesto todos aquellos que se han criado bajo ese impregne sentimental (David Vivancos, Evarist Pérez, Fernando Poyato, Jorge Repiso, ...); que aún intentando escapar con años o tiempos sabáticos, finalmente han retomado el camino de vuelta a sus tiernos brazos ante la desesperación de ese "algo" que les restaba el aire.
Evidentemente, como en todo, existen excepciones. Son los que podríamos calificar de "duros", los que creen que están curados y no necesitarán de ese "calor" que les aportaba el C.E. Sant Martí. Los que han querido volar fuera de la bandada e intentar escapar de ese sentimiento único. Pero tiempo al tiempo, ese dolor por lo perdido durará, se hará más intenso con el tiempo y acabará tocando la fibra suficiente para desear volver al tropel. Aunque no lo crean, siguen abducidos por ese sentimiento y tarde o temprano será irrevocable el camino de vuelta a casa.
Como decía en el título, haciendo analogía con la típica frase del Barça, somos más que eso porque como demuestra la foto (jeje), es algo que se siente desde dentro y eso nos hace diferentes. Sobre todo, fijense en ambos "individuos" (se que me matarán por esto, jeje): el de la izquierda, que casi está en situación de trance trás el intenso placer que ha obtenido al posar con la insignia y escudo de nuestro bien amado club (muchos nos vemos reflejados en él) y el de la derecha, que se encuentra compungido por el dolor placentero que le aporta ese sentimiento.
Hagánse socios del C.E. Sant Martí, alegrarán sus vidas, las nuestras y en especial la de Ricard Llerins; y no se arrepentirán jamás del tan excelente decisión.
P.D.: aunque no lo parezca, hoy tenía un vena cachonda-irónica provocada por tan excelente visión fotográfica.
8 comentarios:
Estuve a punto de colgar la misma foto pero pensé que Vivancos me mataría... Buen artículo y provocativo (!).
La verdad es que el Sant Martí es un club muy carismático en el que es fácil sentirse integrado y arropado por las muchas personas que a diario pasan por allí. Es curioso ver como el ajedrez nos hace olvidar qué estatus económico o qué edad tenemos, o de qué país procedemos. Nos iguala como a hermanos. En otros clubes también existe pero la fuerte dinámica social del Sant Martí aumenta ese tirón. Yo llevo solamente cuatro años federando por el SMA (jeje) pero en realidad me paso por allí desde 1991 (!) así que se puede decir que soy veterano. Creedme que lo que más mal me sabe de trasladarme a Hostalric es alejarme geográficamente del club.
Yo también lo he pensado Catulo, sé que Imperioso me pateará en cuanto tenga ocasión, pero espero que entienda el cachondeo del artículo (lo entenderá, jeje).
De todas formas la culpa ha sido tuya Catulo, por colgar las fotos en tu blog, si no las hubiera visto ...
Pero en cuanto vi ésta, la imaginación se me desbordó y el impulso a escribir fue irrefenable. Así que cuento que si se arriesgó a hacerse esta foto, ya sabía a que se exponía, jeje. Y el artículo sólo intenta reflejar esa graciosa pose, o no?
Qué buena la foto!!!!!!! Solo falta que entonen el himno del Sant Martí. Si no tenéis himno que lo componga Sabatoli ahora mismo;-)
Hoy he pasado el día rodeada de santmartinenses pero menos mal que no me han hecho posar con el escudo jajaja.
A mi "más que un club" lo dejé en Oviedo. A pesar de la distancia sigo muy vinculada a ellos...
El himno ya existe:
(Versión castellana)
"Nos gustan más las mujeres que el ajedrez [que el ajedrez, que el ajedrez (en coros)], nos gusta más el vino y el pan torrado [pan torrado, pan torrado (en coros)]. Pero ya que estamos aquí os vamos a demostrar quien es el Sant Martí de Provençals.
No dudes un momento si puedes hacer un jaque [un jaque, un jaque(coros)], pero comete un peón si no hay nada mejor [nada mejor, nada mejor (coros)]. Somos ladrones y bandidos, no sabemos de la piedad, la gente del Sant Martí de Provençals!!!".
¡Son tantos los recuerdos y sentimientos que se acumulan cuando uno se encuentra ante el escudo del Sant Martí que no puede evitar emocionarse! Por cierto, no me tengáis tanto miedo... cuando Dani vea la foto... ¡entonces sí que vais a tener un problema! ;-)
Imperioso, estremecido, impregnado, abducido y compungido...
Gran foto!!!
Y desde luego, gran club!!
No hay manera de poder explicar lo que se siente al pertenecer al C.E. Sant Martí.
Los sentimientos son inversamente proporcionales al tamaño de su local social, maravilloso y entrañable por otra parte.
Visca el Sant Martí!!!
soy Pariente. Saludos consocios!!!
Buen artículo saludos
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